Salud

La Salud del niño desde que nace es el centro de la atención de los papás. La salud física, está en un primer orden, con algo menos de prioridad, atendemos la salud psíquica en parte porque los síntomas de tener una mente saludable son mucho menos visible que los de la salud física.
La atención de la salud debe pasar primero por la PREVENCIÓN. Es cierto, que nuestros entornos institucionales que prestan servicios en el área de la salud dedican menos recursos a prevenir enfermedades que a su intervención. Y a esta práctica común  la envuelve la "cultura del sufrimiento" arraigada en muchos pueblos y ciudades. 

¿Qué es prevenir?
Papá, mamá: Hay muchísimas prácticas diarias que evitan el contagio de enfermedades. Una muy simple y que no se realiza como se cree, es lavarse las manos. "¡Que tarea tonta!" -puede un papá pensar- "Pero si me lavo las manos siempre"- puede que argumente algún lector. Pero, realmente uno no se lava tanto las manos como necesario es, la frecuencia del lavado de manos es clave. Por ejemplo, es común que cuando vienen familiares a conocer al nuevo miembro de la familia y se disponen a cargarlo, no se lavan las manos. Hay pocas personas que se lavan las manos antes de coger al bebé. Otra situación común, es cuando el papá y/ola mamá están resfriados, estornudan, se limpian y seguidamente cogen al bebé o al niño por algún tipo de demanda, es cuestión de segundos, y se olvidan de lavarse las manos.

Observa y cuéntanos... Hay muchas situaciones de este tipo.


"El hábito adquirido de lavarse la mano frecuentemente, en los momentos necesarios, y con la dedicación adecuada aumenta las probabilidades de que los hijos estén siempre saludables".